lunes, 27 de septiembre de 2010

Diario intimo

El mexicano es un animal de corral, tan bien domesticado que no se atreve a saltar la empalizada. Ver sus gustos en arte y en literatura. No le disgusta la basura en su casa, siendo escatófago en la cultura. Se enloquece por los excrementos.

Otrora un imperio de sangre y de noches boca arriba. La nuestra es una nación de pensamientos sometidos, de sentimientos que ya han sido catalogados y definidos a la perfección, a nuestra gente no le encontraras nada nuevo salvo la idea de que hubiera sido mejor tachar otro nombre en la boleta de elecciones, pueblo injusto, solo vemos el merito cuando los ajenos glorifican a nuestros artistas, y yo, que siento aun la sangre azteca correr por mis venas, que veo su cultura hundirse como un barco, lamentándose por qué no salvan a sus hijos, miro las cadenas que tenemos en todo el cuerpo, y que esta, precisamente esta miseria intelectual y física es lo único que nos merecemos, este pueblo ciego, guiado por hipócritas ignorantes, y seguido por una muchedumbre de corderos no puede hacer más que servir de bestia de carga, pues en esto es absolutamente hábil, aquí entra en juego la moral de sumisión y enajenamiento cristiana, la moral de los débiles y oprimidos, odiamos todo aquello que tenga que ver con la grandeza, y en cambio glorificamos el trabajo brutal bajo el sol, el azote siempre deprimente del amo, pues pensamos que de esta forma nuestra salvación esta lista y asegurada, quizá bajen tanto su cabeza por que les enseñaron a nunca mirar mas allá de sus pies, o tal vez tienen miedo de levantar el rostro y ver qe están irremediablemente solos, que no existe ni dios ni diablo, y que sus hermosa sumisión, sus preciadas lagrimas, infortunadamente se fueron al cesto de basura.

¡Ah! mexicano con piel negra, el sol y el trigo han quemado tu cuerpo, y de tu pirámide de sangre y agua solo quedan escombros ¿Qué dirán las estrellas de tu grandiosa decadencia? Tu voluntad se doblega bajo el peso insensato de la religión, los muertos te doblan el cuello hasta que besas el suelo, ese pavimento que tu construiste pero que no gozas, tus cementerios son enormes, tus glorias escazas y el recuerdo del fin te atormenta hasta en tus fiestas ¡que el cielo te cuide, oh indígena exiliado! Porque ya no te guarda mas tu amuleto, porque el quetzal hace mucho que voló para no volver, y le pides a la Muy Alta que te resguarde, pero solo logras la tonta comparación con un cerdo que busca hacerse invisible bajo el cuidado de su madre.

¿Dónde? ¿ en qué lugar está tu moral abatida? Tus cuentos de asunciones sobrenaturales ya no alcanzan para comprender nuestro tiempo, ya solo queda de tu gloria monumentos de piedra estúpidamente restaurados, y los hilos que sostienen la cruz se rompen con cada nueva generación, México…¿Qué harás cuando ya no te sirva tu dogma?¿te refugiaras en las ciencias o en el mundo invisible te quedaras en coma? Estamos agonizando, alguien nos robo nuestro sol, nadie siente su calor, nos falta la sed mortal que nos hizo cuestiónalo todo, tu generación perdida fue sepultada con plomo y mentiras, ellos entendían, comprendían el futuro que nos alcanzaría y lucharon como héroes, pero los balas no conocen de ideales, y son terriblemente fieles al dedo que jala el gatillo.

Me pregunto si algún día tu laberinto será descifrado, si lo seguiremos hasta el final o volaremos en mil pedazos las paredes que nos separan, los ritos prehispánicos han sido olvidados, tus jóvenes piensan solo en clavarte una daga mas al corazón, y yo me pregunto si esto es hermoso o solamente perverso, siempre hay algo de ternura en degollar nuestro pasado, yo soy la flor y la herida, y lloro al pensar que nuestras historias han quedado demolidas por el inexpugnable paso del tiempo, pero piensa Moctezuma, regocíjate Cuauhtémoc, pues las manecillas acaban con todo, inclusive con las desgracias, y los toros dejaran de ser asesinados por manos mayas, la moda dejara de ser símbolo de poder y la preciosa inteligencia de sus grabados volverá de nuevo a su gloria, nosotros , los jóvenes, los hermosos, los malditos, nos sentimos en deuda con la tierra, no porque nos vio nacer, sino porque ella tendrá que soportar nuestras inmundas cenizas.

¡Salve gran sol, que día a día nos pudres un poco más!

El mundo muere de rabia, y yo solo puedo quitarle hilos de espuma del hocico, reloj sin artesano, el cielo de México es triste y parece que los astros se burlan de nosotros, esperanza no la hay, nunca la hubo, nuestra condición imperfecta nos lo impide, solo nos queda trascender nuestra condición, acercarnos a nuestro verdadero rostro, y para esto el tiempo nos viola a toda hora, el mexicano, el humano, yo, que tontería, que enorme pretensión y estupidez querer describir su naturaleza, el hombre no la tiene, se hace, se inventa, se modifica, y la gran pirámide nos recuerda tristemente que en nuestra sociedad, se inmola a los iluminados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario